Eduardo Riguera / Escultura y Yoga: Exposiciones

Gente de Talla
Galería Rubbers (Diciembre 2012)

"Dhanurasana" (Alabastro gris)

"Cuerpo, energía y proyección" (Mármol de Carrara, hierro y espejo)

"Eterno" (Mármol Gris)

"OM SHANTI" (Mármol)

Gente de Talla
Galería Thames (Octubre 2012)

Buenos Aires. Primavera 2012. Siglo XXI. Tercer milenio. Datos objetivos: la Modernidad ha concluido hace ya varias décadas dando paso a la época llamada Posmoderna. Transitamos ahora –nos dicen- la post-posmodernidad. En esta época, nuestra, contemporánea –nos dicen- ya no hay lugar para la pregunta “¿qué es el Arte?”. Esa pregunta, al parecer, ha quedado vieja, desactualizada, fuera de época. Se la ha sustituido por la pregunta “¿cuándo hay Arte?” En esta época post-posmoderna es una verdad aceptada y establecida aquella que dice que “Arte es lo que el Sistema del Arte dice que es Arte”. ¿Tautología? Dicen que no. Si está en el museo, el catálogo, la galería; si se habla de ello en el circuito artístico, si lo nombran teóricos y curadores… ergo es arte. Ya lo han explicado y profundizado nombres importantes como Arthur Danto o Nicolas Bourriaud. Se ha convertido en verdad. También es verdad aceptada (desde el arte conceptual en adelante o desde Marcel Duchamp en adelante) que no hace falta que se trate de un objeto no-preexistente ni realizado por el propio artista. El paradigma del arte y sus definiciones ha cambiado a lo largo de la Historia muchas veces. Se nos dice que ya no cambiará, que este estado de cosas es “el fin”.

Y sin embargo…

Tercer milenio. Siglo XXI. Año 2012. Buenos Aires. Un grupo de artistas, escultores más precisamente, talladores de la piedra, montan una muestra colectiva en la que parecen reivindicar una concepción del arte en la que crear un objeto no-preexistente con las propias manos es parte esencial de esa definición implícita. ¿Son hombres y mujeres del siglo XIX o XVIII? No. Son artistas contemporáneos que viven y producen en este espacio-tiempo presente. Es claro que –volvamos a leer a George Steiner, por favor- uno elige sus contemporáneos y uno construye la tradición a la que responde en un gesto que combina continuidad y ruptura. Es claro que esta Gente de Talla, estos “picapedreros” como despectivamente los designaba Leonardo da Vinci, quien, en cambio, reivindicaba la pintura –su lenguaje- como cosa mentale, no son dinosaurios sino artistas contemporáneos con una producción valiosa que pide ser mirada. Y es claro también que se puede vivir en el Tercer Milenio y ser contemporáneo –a un mismo tiempo- de Camille Claudell y Henry Moore, entre otros.

¿Habrá que creer y aceptar que ciertas preguntas están cerradas para siempre? ¿Habrá que coincidir con la tautológica definición en torno al arte y hacerlo de una vez para siempre? Acaso esta post-posmodernidad nos habilite nuevas maneras de pensar. No para propiciar un regreso nostálgico a eras previas e idealizadas, sino para ampliar paradigmas y encontrar fisuras en ciertas concepciones que si una vez fueron “novedosas” hoy son el discurso dominante que parece obturar otras miradas.

Y acaso, la Gente de Talla, con sus manos y herramientas, tan acostumbradas a desbastar bloques de resistente piedra y elaborar en ellos formas, volúmenes, espacios y vacíos, acaso este grupo de artistas sean quienes tallen en esta aparente homogeneidad conceptual y analítica, el espacio desde el cual pueda nacer una nueva mirada que despliegue su propio espacio, peso, volumen, forma, densidad y vacío.

Esta muestra es otra forma –artística, en lenguaje escultórico- de decir ojalá.

Christian Lange

"OM SHANTI" (Mármol)

"Cuerpo, energía y proyección" (Mármol de Carrara, hierro y espejo)

Integrarte
Jefatura de Gabinete de Ministros (Noviembre 2012)

"Santa Evita" (Mármol de Carrara)

"Persistencia" (Mármol de Carrara, Granito y Óleo)

"Eterno" (Mármol Gris)

"Trabajo Digno" (Mármol, Hierro y Tela)

Mostrarte
Manzana de las Luces (Mayo 2012)

"Persistencia" (Mármol de Carrara, Granito y Óleo)

Cuerpos Iluminados
Galería Palermo H (2009)

Cuerpos iluminados. Expuestos a la luz. Luz que permite ver. Luz que ilumina, refleja, revela. Luz que rompe la oscuridad en un gesto victorioso. Luz producto de un largo trabajo. Luz de la voluntad, la disciplina, el entrenamiento del cuerpo en busca de esa iluminación. Lo que la luz muestra, en una primera instancia, es volumen, forma, superficie, textura. Lo que la luz muestra, si seguimos mirando, es un modo personal, propio, de la escultura: la escultura yóguica. Riguera vuelve al cuerpo: antes habían sido los cuerpos apasionados, ahora son estos cuerpos iluminados. Continuidad y cambio. El cuerpo humano está allí, contundente. Ya sea en tensión, inmovilidad, o meditación. Cuerpo ahora atravesado por otra pasión: la pasión yóguica. Escultura+Yoga. La fusión de ambas mediante la luz que lo hace todo visible. Nace entonces la mirada escultórica del yoga y la mirada yóguica de la escultura. Cuerpos entrenándose en la meditación por el movimiento y la quietud. Cuerpos que respiran la luz que irradian, reciben, generan o reflejan. La figura sigue siendo el centro del trabajo artístico. Sin embargo, hay algo nuevo. En la forma, en las técnicas. En los diversos materiales: chamote, bronce, terracota, mármol. En la manera de montar las obras. En el uso del espejo como elemento que refleja, multiplica, completa. En los soportes: están las esculturas, pero también objetos, performance, cuadros. Hay algo más radicalmente nuevo, por debajo de la forma: una reflexión, una interrogación y la intuición de una respuesta que nos asalta e inquieta desde la serenidad madura de estas obras.

Christian Lange